sábado, 8 de noviembre de 2014

SIDNEY, CHINATOWN


Cada día voy descubriendo más rincones y me doy cuenta que es muy fácil moverse por la ciudad. Sidney cuenta con una red de transportes públicos urbanos muy completa.

  • Billete de tren sencillo para un par de paradas, $3,80.


(Adquirí la tarjeta opal con la que te ahorras bastante en transporte, es gratuita, sólo necesitas hacer una recarga de mínimo 10 dólares aus)

Hoy, he ido a uno de los barrios que más me gusta conocer allá donde voy, Chinatown.

¡Las ciudades grandes molan! Sobre todo por la diversidad, y más en una ciudad como es esta, en la que a cada rato que levantas la vista, ves algo sorprendente.

  • Acabo de ver a dos tías a las 5 de la tarde (un martes) sentadas esperando a coger el tren comiendo un sándwich guarro, vestidas como si fuesen a la boda del rey (tocados en el pelo, maquilladas hasta los dientes, vestidos de cóctel de verano aunque hoy hace más bien frío, zapatazos...) comiendo un sándwich en el tren...
  • Ahora veo un ciclista con su bici y su casco lleno de bridas (la mujer de detrás también tiene lo suyo...) 


Cositas del día a día ...

Chinatown no me ha decepcionado en absoluto. Aunque no es la locura de otros que he visitado, tiene su encanto. Quizás por la irresistible comida o todavía mejor... porque he encontrado ¡zumos de caña de azúcar! A 5 PAVAZOS... pero súper dulces, buenísimos. ¡No lo podía creer cuando he visto mi máquina preferida del mundo! Es que es como una droga para mí, al vivir en España y no disponer de ellos, me provoca estar alerta a la búsqueda constante de ellos cuando viajo. El encontrarme así de sorpresa con ellos ha sido una coincidencia deliciosa.




Otro fabuloso descubrimiento ha sido el pollo rebozado con miel, crujiente, dulce... ummm... Se me hace la boca agua.

Creo que voy a volver pronto por Chinatown.





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